Era dulce tu memoria, y con ella más lloraba




Otro del mismo (autor) que va por "Super flumina Babylonis".


Encima de las corrientes

que en Babilonia hallaba,

allí me senté llorando,

allí la tierra regaba,



5. acordándome de ti,

¡Oh Sión!, a quien amaba.

Era dulce tu memoria,

y con ella más lloraba.

Dejé los trajes de fiesta,



10. los de trabajo tomaba,

y colgué en los verdes sauces

la música que llevaba,

poniéndola en esperanza

de aquello que en ti esperaba.



15. Allí me hirió el amor,

y el corazón me sacaba.

Díjele que me matase,

pues de tal suerte llagaba;

yo me metía en su fuego,



20. sabiendo que me abrasaba,

disculpando al avecica

que en el fuego se acababa.

Estábame en mí muriendo,

y en ti sólo respiraba,



25. en mí por ti me moría,

y por ti resucitaba,

que la memoria de ti

daba vida y la quitaba.

Gozábanse los extraños



30. entre quien cautivo estaba;

preguntábanme cantares

de lo que en Sión cantaba:

­Canta de Sión un himno,

veamos cómo sonaba.



35. ­Decid, ¿cómo en tierra ajena

donde por Sión lloraba,

cantaré yo la alegría

que en Sión se me quedaba?

Echaríala en olvido



40. si en la ajena me gozaba.

Con mi paladar se junte

la lengua con que hablaba,

si de ti yo me olvidare,

en la tierra do moraba.



45. ¡Sión, por los verdes ramos

que Babilonia me daba,

de mí se olvide mi diestra,

que es lo que en ti más amaba,

si de ti no me acordare,



50. en lo que más me gozaba,

y si yo tuviere fiesta

y sin ti la festejaba!

¡Oh hija de Babilonia,

mísera y desventurada!



55. Bienaventurado era

aquél en quien confiaba,

que te ha de dar el castigo

que de tu mano llevaba,

y juntará sus pequeños,



60. y a mí, porque en ti lloraba,

a la piedra, que era Cristo,

por el cual yo te dejaba.

(San Juan de la cruz)