... un Viernes Santo más dulce que ese beso ...

 


El inmenso poeta César Vallejo
bajo la lluvia de París

El poeta a su amada


Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso,
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un Viernes Santo más dulce que ese beso.


En esta noche rara en que tanto me has mirado,
la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso.
En esta noche de setiembre se ha oficiado
mi segunda caída y el más humano beso.


Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos;
se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura;
y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos.


Y ya no habrán reproches en tus ojos benditos;
ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura
los dos nos dormiremos, como dos hermanito
(El poeta a su amada. César Vallejo)




" ...y ya no habrá más reproches en tus ojos benditos; ni volveré a ofenderte ..."